miércoles, 9 de mayo de 2018

Educación Física y Literatura en una pluma:


                                          " La ignorancia mata a los pueblos, por eso es preciso matar la ignorancia" 
                                                                                                                                       Josè Martì  


       Nunca pensemos en dejarle las letras solo a los escritores, filólogos, poetas, periodistas y otros muchos dignos de admirar por tan bella labor, derrumbemos barreras, escribamos lo que sentimos, lo que nos ayude a transmitir emociones, sentimientos, conocimientos, colaboremos a derrumbar la ignorancia para que no nos tilden de desconocedores...en estos días me atreví a escribir, y si que se siente placer al hacerlo...Atrévete con nosotros,  no tengas miedo, aquí les va un poquito del despojo de mis miedos a la pluma....



Es sábado en la noche y llueve, las gotas de agua braman en mi ventana cual concierto dislocado pero  que dan vida a cada elemento de la pequeña habitación   perfumada con la aroma de agua y tierra que me embriaga, y pareciera que todos respiran, no solo  mi tierna flor o la arañita de la esquina que desde arriba nos mira,es la cama que me abraza, y el ventilador que tras uno y otro giro me pica el ceño y sonríe,  todo estaba cerrado, yo lo sè..estoy segura, pero el entrò y como un duende se rie a orcajadas con sus travesuras.
El espejo se devana una y otra vez como si se escondiera de esos ases de luz que fulguran  el cielo oscuro y esos tambores..ohhhh y  esos tambores! esos tambores  que me estremecen el cuerpo, que me ensordecen pero son protagonistas del concierto….la habitación estaba cerrada, pero el entrò, no lo vì pero allí estuvo…y bailè con mi sombrero que lucía su testuz cual caballo rocín dando calor a mi lucidez y eso..eso también me embriagaba. El abrigo de terciopelo me invita a la danza celoso de mi sombrero, y me voy, me voy  también a cabriolear en el viento.. y entre bailes y horcajadas un tropiezo, el concierto ha terminado, ya no me mira el ventilador y el espejo está tan rígido como cada mañana. No está el abrigo, ni el sombrero.
Todo estaba cerrado yo lo sé, pero el entró,  sé que estuviste aquí Morfeo y en la inocencia de mi sueño jugaste conmigo.

Dianela Gutierrez.
E84589199





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